jueves, 22 de abril de 2010

Llorente, muchos lo tenemos claro



El enésimo debate sobre el entrenador del Valencia alcanza su grado máximo de intensidad esta temporada, a la par que el propio Manuel Llorente tiene más dudas que nunca sobre la renovación de Emery.

A los diversos sondeos planteados por varios medios de peso, la respuesta de gran parte de la afición valencianista ha dado como resultado que da la espalda al de Hondarribia (algunos ya dicen HondaBirria) de manera clara, ya no confían en sus métodos y la imagen y resultados del equipo a domicilio hablan por sí solos.

Mi opinión al respecto es que NO lo renovaría, siempre lo he defendido y le di el beneficio de la duda el pasado verano, pero esta temporada se han repetido vicios pasados y la dinámica del equipo no es la más apropiada. Mis motivos:

  • Llegó con la vitola de estudioso del fútbol, maestro de la estrategia y la táctica y amante del fútbol vistoso (cosa que demostró en el Lorca y en el Almería, que conste), pero aún estoy esperando esos dotes por los que fue fichado, porque en casi 2 años han brillado por su ausencia.
  • El club le queda grande, el vestuario ha ido dejando pequeñas perlas en forma de eufemismo en su contra, ciertos jugadores se le rebelan, otros han pasado al más oscuro ostracismo y la directiva duda más que nunca de su capacidad real para afrontar una competición como la Champions League, viendo el trabajo realizado con esta plantilla a lo largo de su contrato. 
  • Vale que muy probablemente consiga el objetivo prioritario del presidente (quedar 3º en Liga), pero debemos profundizar y no quedarnos en el resultadismo aséptico, porque renovar a alguien únicamente por números/estadísticas, sin estar plenamente convencido de ello, es ponerse una venda y poner en riesgo el proyecto de futuro del equipo (te expones a que en diciembre tengas que echarlo y poner a alguien en su lugar sin preparar ni conocer la plantilla). Si la plana mayor del club tuviera confianza plena, Unai hace muchas semanas que hubiese estampado su firma.
  •  Si entramos en imagen, sobran las palabras; gritos, ademanes nerviosos, palmadas sistemáticas y explicaciones un tanto extrañas en sala de prensa (este punto se puede anular, ya que es demasiado subjetivo).
  •  El rendimiento de los recursos del plantel ha estado por debajo, a mi modo de ver, de lo esperado. Utiliza unos 14 jugadores regularmente (ahora no, pero obligatoriamente por los numerosos lesionados y sancionados), el baile de cambios es debate semana tras semana (algo anormal), apenas cuenta con la cantera y el estado emocional de los jugadores es posiblemente su asignatura pendiente, porque el nivel de motivación, concentración y compromiso ha bajado enteros, a veces parece un equipo no profesional, con lo que se juegan.
  •  Por último, no hay comunión afición-míster, Emery no ha calado en una exigente afición (todo hay que decirlo), hay muchas dudas sobre su capacidad para un club de este nivel, cuya exigencia es máxima en cada partido y gran parte de los valencianistas no se sienten identificados con él, lo que implica un problema a la larga.

Tras exponerlos, decir que Unai no me parece mal entrenador (siempre lo he dicho), pero ha llegado un momento en el que su ciclo parece haber acabado aquí, oportunidades ha tenido, sin llegar a convencernos a muchos, y no creo que esté preparado para dirigir al VCF, al menos en este momento de su carrera. El equipo necesita este verano un cambio de aires para afrontar nuevos retos, nuevas exigencias, y comenzar un proyecto nuevo más ambicioso y sin lastres ni vicios pasados. Si lo renuevan, no entraré en cólera, pero creo que podría ser un error.


¿Tú lo tienes claro?


3 comentarios:

Juan Al dijo...

Soltamos a Unai en la Cahmpions y salimos a goleada encajada por partido jugado (y por supuesto ni de coña pasamos de la primera fase)

Lobo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lobo dijo...

Ahora no tengo tiempo de ponerme a buscar, pero ya al final de la temporada pasada llegué a la misma conclusión que tú ahora, y los argumentos eras más o menos los mismos. Ha pasado todo un año y poco ha cambiado, al menos en lo que percibe el aficionado. Resulta esclarecedor que casi nadie quiere que siga un tío que nos tiene terceros, con eso está dicho todo.