miércoles, 14 de marzo de 2012

El cliente suele tener la razón




Final en Mestalla y pito-pañolada como colofón al enésimo final desilusionante de partido. Este es el subterfugio elegido para esgrimir contra la parroquia valencianista.

¿Quién es usted, futbolero no che, para ultrajar, colgar etiquetas, mancillar, apodar, tildar, catalogar, equiparar, poner en entredicho y desdeñar a la afición de un equipo al que no sigue, odia o simplemente no le importa lo más mínimo?

Se puede entender que desde la poltrona de un insigne periodista, desde el teclado-escolta de todo aficionado compulsivo o desde la barra de cualquier antro, se emitan juicios de valor sobre la acción u omisión de una hinchada, más cuando el debate toma un cariz mediático de límites insospechados y cuando se invita, se incita y se persuade sobremanera desde la poderosa torreta de siempre. Lo que no es de recibo, y exaspera a muchos valencianistas, es que el aficionado no che, el que no acude a Mestalla, el que no obra milagros para sacarse el carné de socio, el que no hace malabarismos para pagar su entrada, el que no trasnocha en los desplazamientos con el equipo, el que no destina parte de sus sacrificados ahorros a comprar acciones, el que no siente mariposas en el estómago en cada presentación veraniega, el que no sigue la actualidad diaria, el que no se compra la zamarra blanquinegra/naranja/azul/negra/Senyera, en definitiva, al que no le late valencianismo ni le corre por las venas, el que otea, sosegado, desde la lozana lejanía, ajeno al desarrollo real, regalando munificencia tendenciosamente, el que cimenta, de modo pertinaz, su argumentada crítica única y exclusivamente en asépticos números y clasificación, obviando resto de contenido, dejando la mochila de sensaciones al margen, ocultando el reguero de decepciones que acumula esta afición, cuyo brazo extensible es el gran desencanto establecido y cada vez más proliferado entre valencianistas. Pues ese, y actuando así, no debería estar en disposición -ni tener derecho ni patente de corso- para hacerlo, porque no representa ni forma parte siquiera un pedacito de este especial sentimiento llamado Valencia CF.

Por tanto, vivan y dejen vivir, toleren a los locos con su loca idiosincrasia en su templo, porque quizá el más cuerdo de todos ustedes, no partícipe directo de esta situación, se vea alguna vez en tales circunstancias, enajene y la tesitura le espolee a aplicar el mismo modus operandi, ese que con absoluta libertad reprueba vehementemente desde una insultante frivolidad y desconocimiento profundo. Cada uno en su casa y Dios en la de todos. Gracias.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tu cara me suena




Óbito ‘championero’, bofetón agorero.

El martes se mascó la tragedia en Londres, el campeón de los mortales -o mediocres- de la Liga BBVA cayó eliminado de la Champions League a las primeras de cambio, en primera fase, sin contemplaciones ni pestañeo, con una pasmosa facilidad y una insultante superioridad por parte de un Chelsea , tan avaro como inteligente en su planteamiento y devenir de los 90 minutos, que aplastó sin ápice de duda todo resquicio che de lograr el esperanzador pase a octavos.

Tragedia, sí, pero que responde a una patética liguilla cimentada con vulgares resultados y nefastos encuentros donde la manida falta de competitividad -asignatura pendiente de un Unai Emery que volvió a quedar retratado, estadísticas aparte- salió a flote de su particular barbecho para darnos un revés de realidad, para recordarnos de manera taxativa -y hasta cruel- que la competición casera dista mucho de la máxima europea de clubes, diferencia casi infranqueable a día de hoy por un Valencia modoso y timorato, falto de oficio, dinamismo, timón y pegada, exiguo arsenal para batallar con solvencia ante guerreros avezados en la materia. Lo que ocurrió en Stamford Bridge, la constatación de ello.

Vuelve a casa por Navidad, como aquel archifamoso eslogan, la indefectible zozobra de la fe pisoteada, castillos descuajaringados e ilusiones quebradas, ultraje al valencianismo por enésima vez, malestar y desasosiego invaden de nuevo los corazones valencianistas y se recrean en el ansia de cada incondicional defraudado por la incapacidad de su equipo. Volvemos a sentirnos estafados con la dichosa botella, una hipérbole de ingente sofisma, un artificio embaucador que sistemáticamente cada estío sale de su madriguera para captar nuestra energía y ánimo, lográndolo inexorablemente, por supuesto. Comprada la moto, ahora el cliente debería pedir explicaciones al vendedor, no solo al fabricante.

Tan entendible y respetable es una reacción o postura radical, ácida y rigurosa ante tal disgusto, como recomendar calma y mente fría en momentos tan duros, pero lo que, al menos yo, considero inaceptable es intentar minimizar y anestesiar semejante palo con forzados e interesados eufemismos por parte de ciertos profesionales del núcleo duro de la prensa deportiva valenciana y valencianista, sugiriendo, apenas pasados unos minutos del desastre, que disputar la Europa League -competición que merece todo el reconocimiento, deferencia y atención- es un mal menor. Señores, el hecho merece su receso luctuoso y rendir las exequias correspondientes, el “aquí no ha pasado nada” es un insulto al sentimiento de miles de aficionados, un ejercicio desaprensivo e irrespetuoso a la sufrida parroquia che, inicuo obrar. La competición de plata del viejo continente es harina de otro costal, una injerencia con calzador que, levante ampollas, alivie o restituya dosis de ilusión, se cuela de modo precoz en un duelo lacerante, necesario por la magnitud de la pérdida, osadía sacrílega.

Desbarran aquellos que se colocan medallas y se autoproclaman el ‘aficionado del año’ por no levantar polvareda, ser palmeros, alimentar este reposo y conformismo laxos -cada vez más afincados entre la hinchada che- y ser condescendientes a ultranza, adláteres indolentes y triviales, una ralea que desvirtúa el purismo valencianista hasta límites insospechados, inyecciones narcóticas teledirigidas.


Caras de frustración, aflicción y abatimiento. Infaustamente, me suena…


martes, 30 de agosto de 2011

Mercado de Fichajes 2011/12





[NOTA ACTUALIZADA A 01/09/11]


RUMORES Y NEGOCIACIONES



ALTAS OFICIALES

· Barragán, octavo fichaje del Valencia. Lateral derecho procedente del Valladolid y 24 años. Ha costado 1,5 M€ y firma por 4 temporadas (junio 2015).
· Víctor Ruiz, séptimo fichaje del Valencia. Central zurdo procedente del Nápoles (ex del Espanyol), internacional sub-21 y 22 años. Ha costado 8 M€ y firma por 5 temporadas (junio 2016).
· Canales, sexto fichaje del Valencia. Mediapunta procedente del Real Madrid, internacional sub-21 y 20 años. Llega en calidad de cedido 1 temporada (prorrogable a otra), por la que el VCF deberá abonar 1 M€ y asumir el total de su ficha (1,5 brutos). Queda fijada una opción de compra de 12 M€ el primer año y de 15 el segundo, pudiendo ser recomprado por el club blanco por 14 y 17 millones respectivamente, pudiendo hacerlo efectivo durante los 2 siguientes años a la compra por parte del club che.
· Cristiano Pereira, quinto fichaje del Valencia. Portero procedente del Sporting de Braga, internacional sub-21 con Portugal y 20 años. Llega libre y firma por 1 temporada (junio 2012). Compaginará el primer equipo con el filial.
· Piatti, cuarto fichaje del Valencia. Delantero argentino procedente del Almería y 22 años. Ha costado 7,5 M€ y firma por 5 temporadas (junio 2016).
· Parejo, tercer fichaje del Valencia. Mediocampista procedente del Getafe, internacional sub-21 y 22 años. Ha costado 6 M€ y firma por 5 temporadas (junio 2016).
· Diego Alves, segundo fichaje del Valencia. Portero brasileño procedente del Almería y 26 años. Ha costado alrededor de 3 M€ y firma por 4 temporadas (junio 2015).
· Rami, primer fichaje del Valencia (fichado en el pasado mercado de invierno). Central procedente del Lille, internacional con Francia y 25 años. Ha costado 6 M€ y firma por 4 temporadas y media (junio 2015). Campeón de Liga y Copa con el Lille.


BAJAS OFICIALES


· Mata es traspasado al Chelsea por 28 M€ y firma por 5 temporadas.
· Nacho González rescinde contrato (le quedaba 1 año) y firma 2 temporadas más 1 opcional con el Standard de Lieja.
· Sunny rescinde contrato (le quedaban 2 años) y firma 2 temporadas con el Numancia.
· Aarón Ñíguez rescinde contrato (le quedaba 1 año) y firma 5 temporadas con el Almería.
· Renan rescinde contrato (le quedaba 1 año) y continúa en el Internacional de Porto Alegre, ya como jugador en propiedad.
· Isco ficha por el Málaga tras adquirir sus derechos federativos al abonar la cláusula de rescisión (6 M€).
· Del Horno rescinde contrato (le quedaba 1 año).
· D. Navarro rescinde contrato (le quedaba 1 año) y firma 2 temporadas más 1 opcional con el Neuchatel Xamax.
· Fernandes es traspasado al Besiktas por 2 M€ y firma por 3 temporadas.
· Joaquín es traspasado al Málaga por 4,5 M€ y firma por 3 temporadas.
· César no renueva y abandona el club. Se va al Villarreal, firmando por 1 temporada.
· Vicente no renueva y abandona el club. Suena para la Premier.


CESIONES OFICIALES

· Chori Domínguez, cedido a River 1 temporada. Sin opción de compra y tras perdonar al Valencia cierta cantidad de su ficha anual.
· Míchel, cedido al Hércules 1 temporada.
· Moyà, cedido al Getafe 1 temporada.


RENOVACIONES

· Bernat renueva 3 temporadas (junio 2015)
· Albelda renueva 1 temporada (junio 2012).
· Emery renueva 1 temporada (junio 2012).
· Guaita renueva 3 temporadas (junio 2015).

miércoles, 4 de mayo de 2011

Actitud programada y canonización de la inconstancia, súmmum de este Valencia






Para los conformistas, para los cobardes, para los acomodaticios, para los resignados, para los exangües, para los sumisos, para los condescendientes, para todos aquellos que aplauden y rinden pleitesía – o aguantan estoicamente- ante un equipo ducho en aniquilar y exasperar la ilusión de la afición, capaz de dejarte un domingo noche con dispepsia ante tal ejercicio de desazón, galbana y falta de compromiso y entrega de los jugadores en el terreno de juego, deficiencias cuasi perennes del periplo de Unai, para todos ellos hoy seré oportunista, sí, oportunismo incubado y alimentado semana tras semana por la triste realidad que nos transmite el actual Valencia, el aspirante a campeón de los mediocres.

Se hace difícil lograr entender que la -fascinante para algunos- tercera plaza en Liga sea motivo suficiente para colmar las expectativas de un valencianista, que ante los numerosos desplantes y esperpentos acumulados -esos que van restando cada porción de confianza y ensueño inherentes al sentimiento hacia este club-, sigan obstinados en defender a capa y espada un estilo sin nombre ni apellidos, un desfalco al valencianismo en toda regla, una tomadura de pelo al respetable ché con semejantes herejías en rueda de prensa, desempolvando el repertorio de excusas y demagogia usurera, parapetándose en el objetivo puro y duro –un tercer puesto que crece y se revaloriza conforme se suman más y más decepciones-, el cual se convierte en salvoconducto para ocultar las miserias de este decepcionante Valencia.

Vergonzoso escaparate el que muestran los jugadores sobre el terreno de juego, apretando el acelerador cuando les conviene o apetece, que cuentan con la incomprensible anuencia del míster, lo que da lugar a una “actitud a la carta”, un auténtico lujo –timo- en los tiempos que corren, indicio de insurrección al de Hondarribia o clamorosa falta de ética y honor a los colores que representan. Esta intolerable práctica se traduce en antitéticos picos de juego, tensión, concentración, ambición, derroche y conducta que terminan por desesperar e impacientar al aficionado más optimista, tolerante y remoto que existe, que no halla justificación alguna en su raciocinio.

Llegados a este punto, con el Villarreal apretando las clavijas, volvemos a un final de temporada nebuloso y tirante, convirtiéndose en un suplicio y contando las horas para que esto acabe con la máxima premura, puesto que algunos ya han activado el modo fuera de cobertura. Llorente maneja los tiempos a su antojo, pero la patata caliente que tiene entre manos podría pasarle factura, estamos en un efervescente momento en el que cada día más y más valencianistas acaban por dirimir sus dudas y se posicionan a favor del cambio, del borrón y cuenta nueva, del soplo de aire fresco, del… basta ya!

viernes, 15 de abril de 2011

Manita al vecino, debate anodino




Nunca es tarde si la dicha es buena… pensarán los pro Emeristas y los que finalmente han caído rendidos a unos notables guarismos obtenidos por el equipo.

El jaranero derbi ante el Villarreal, que finalmente consiguió divertir y convencer al respetable ché en Mestalla como nunca antes esta temporada, ha servido de trampolín para contrarrestar la dubitación y recelo de gran parte de la afición respecto a la manida renovación de Unai Emery. Reiterativo, espinoso y controvertido debate en la capital del Turia, que, una vez casi embastado el tercer puesto liguero –principal y tácito objetivo de la directiva-, se convierte en tema de candente actualidad y copa prácticamente todo el interés de la masa social valencianista hasta que se oficialice su continuidad o no.

Uno se queda atónito de la veleidosa fluctuación del aficionado de a pie con que nos encontramos semana tras semana, oscilantes opiniones que van cogidas de la mano del último resultado, tan tendenciosas como veletas, dato extrapolable a la débil conexión que existe en el diversificado valencianismo actual, cuyo ulterior responsable es la máxima autoridad del VCF. Sorprende que haya aficionados que pasan por alto la aséptica política elegida por Manuel Llorente para llevar a cabo la renovación del director de orquesta del club que preside –gestiona, mejor dicho-, donde las cifras y objetivos se convierten en el único y taxativo baremo a valuar para decidir, siendo infiel a sí mismo –si no tuviera dudas, Unai estaría renovado hace tiempo, sin necesidad de aguantar hasta la certificación de la meta fijada-  y dando la impresión, al menos para algunos, de verse en un punto sin retorno y atado de pies y manos, donde la decisión de no prolongar el contrato del de Hondarribia le reportaría ingentes críticas y comprometiendo su posición, actualmente intocable a día de hoy. Consecuencias de su propia manera de actuar…

Lo vivido estos casi 3 años de era Emérica no pueden borrarse de un plumazo, quedar en el olvido, fuera, en el tintero, no, la ardua tarea de determinar la sonada disyuntiva no debe obnubilarse y dejarse llevar por la euforia –perecedera- del momento como cualquier forofo, hemos sido testigos de muchas decepciones, sinsentidos y deficiencias repetidas y sin corregir, un amplio sector representativo de la afición ha clamado un cambio de rumbo, exigiendo algo más, argumentada esta demanda en la faceta de sensaciones, falta de personalidad y la pérdida de identidad del equipo con la que se debería sentir identificado todo seguidor, carencias todas ellas que han ido desvirtuando y machacando a una afición que perdona, pero no olvida. El “gestor” parece obviar estos aspectos –aunque interiormente le afecten- y podría haberse infectado por la arrolladora inercia resultadista, aderezado por la primera aparición pública de un consejero del club -Fernando Giner- que se ha posicionado abiertamente a favor de ofrecerle la renovación a Emery, nuevamente cimentada en objetivos logrados.

Cuesta horrores ir contracorriente, la pesada losa de los números suele imponerse en estos casos, es como la lógica axiomática que abate cualquier argumentación alternativa -cualquier aficionado al fútbol no valencianista difícilmente entendería que se pida un cambio de entrenador-, aún así seguimos convencidos de la finalización del ‘ciclo Unai’ en el Valencia por lo visto antes y ahora, no se trata de exigir un mejor puesto en Liga y títulos –estando como están Madrid y Barcelona es casi una utopía-, sino de renovar el proyecto, un soplo de aire fresco, otro estilo de juego, otra manera de afrontar los partidos, subir un peldaño en cuanto a ambición y competitividad, y todo ello con el verdadero propósito de aunar impetuosamente al valencianismo y renovar ilusiones por doquier.

Jamás podría imaginarme que una victoria tan abultada, dulce y esperada tendría tanta repercusión y calase en tanta gente, estamos en la antesala de la continuidad del míster vasco, y aunque suene frívolo, diría que hasta los jugadores han actuado en connivencia con Unai, malpensados somos…