lunes, 3 de noviembre de 2014

#LodeHoy Picadura venunosa


Íbamos a Vila-real, por qué no decirlo, con el culo un poco prieto, con la reserva que los encuentros en feudo ajeno, nivel rival y las estadísticas imponían. Y salimos de allí como ese tercera que elimina a un primera en Copa, por la puerta grande y con la militancia, magnánima una vez más, aguardando al equipo a las puertas de la gran casa. Mención aparte a esos 3.000 valientes que se enjaularon para hacer de El Madrigal un mini Mestalla.

Referente al verde, partido trabado y engañoso en varios aspectos. Por un lado, se zamparon enterito el centro del campo, inhibiendo hábitat de elaboración y desnudando al André cerebro, que sin su Sancho Parejo, queda en evidencia al no saber marcar los tiempos. Es más un genial multiplicador del juego. Problema a la vista cuando el balón parado/aéreo no resuelva ciertas miserias, como la pírrica fluidez, llegada y aporte ofensivo de los delanteros (Rodrigo sigue buceando en su versión pródiga). Pero por otro lado, y paradójicamente, el Valencia se sintió relativamente cómodo en el papel de rehén, haciendo de su engranaje defensivo, con un decisivo Alves, el imperial muro Ota-Musta y un apagaFuegos providencial, su arma más poderosa.

El esperado envite se finiquitó por la vía del picotazo mortal; 3 goles en 3 remates a portería. Quitando el gol en propia puerta, da una efectividad primorosa, incuestionable. A la par que peligrosa. El Valencia tumbó la mala racha en plaza inhóspita con un 36,8 % de posesión y ocasiones contadas, plantando cara, en su continua lección del sufrir, al otro fútbol. Igual de válidos, igual de admirados. Por H o por B la plantilla más joven de la liga sigue encaprichada en desafiar las leyes y mantras futbolísticos, endulzando a sus aficionados, mientras por su andadura va apuntalando presente y semillando futuro. Sigo atónito por empatar en el Pizjuán, arrollar al Atlético y traer la buchaca llena de El Madrigal, siendo segundo máximo perforador y tercero menos goleado en tan solo un corchete de 10 jornadas. Que nos quiten lo bailao, y que el venuno siga dejando víctimas a su paso.

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