jueves, 17 de enero de 2013

Libre Albeldrío




David Albelda Aliqués, o lo que es lo mismo, actualmente el mayor generador de filias y fobias, la controversia por antonomasia, entre aficionados del Valencia.

En el trasiego de futbolista profesional a ex, y apurando sus últimas gotas del elixir valencianista, el de la Pobla Llarga aviva los rescoldos de la consabida guerra fría entre facciones claramente definidas como pro y anti Albelda, cuyas inclinaciones -taxativas o tácitas- lidian de manera encarnizada con posturas excesivamente radicalizadas, lo que, a mi modo de ver, hace que parte de razón -su verdad- se colicuen por el camino.

Variopinto mundo de opiniones este, conformado desde la más entusiasta e intransigente a aquella que intenta mantenerse lo más aséptica posible y eludir ser engullido por el contaminado entorno, que lo está. Amplio abanico de propuestas y postulaciones, atestando gustos y colores, que vienen a bosquejar un retrato desvirtuado del ‘6’, tanto para bien como para mal, entremezclándose ampulosos panegíricos que parecen describir al último mesías del Camp de Mestalla con iterativas invectivas que tratan de ultrajar su nombre, motivadas por el desafortunado -pero real- capítulo extradeportivo que por todos es conocido. No seré yo quien aconseje a estos paladines claudicar ante el asfixiante acoso y derribo de cierto sector del núcleo duro de la prensa deportiva valenciana, no, es necesaria esa herramienta inconformista que actúe en base al principio newtoniano de acción<-->reacción. Lo que sí me parecería recomendable es apartarse un poco de esa línea tan agresiva y despectiva, andar elegantemente por el hilo sin necesidad de caer al vacío faltón. Captaría adeptos ese batallón. O al menos menguaría el grado de inquina recolectado hasta el momento, que no es poco.

Respecto al perenne ejercicio de sumo enaltecimiento a David por parte de periodistas y colaboradores adláteres, a los que crispa la expresión ‘campaña albeldista’ en la acepción que los señala, es un hecho ya implantado en la comunidad periodística deportiva de la ciudad del Turia, por muy alto y grave que sea el tono empleado en sus reputados micrófonos en sus tentativas de desmentir, exculparse o atizar a los “injuriosos desestabilizadores”. Existe, sí, una maquinaria perfectamente engranada y dispuesta a elevar al capitán a techos que, bajo mi humilde punto de vista -seguramente esté equivocado-, no le corresponden, sin querer entrar en turbios asuntos ajenos a su quehacer como futbolista profesional. Y es ahí, con esos aires altaneros y creyendo empuñar el sable axiomático, donde habita la necedad del que pretende imponer su dictamen, desdeñando el resto, primeramente por ser contrarios a su juicio imperioso, y en segundo lugar, algo que repudio con vehemencia, por su procedencia ajena a su profesión. Vamos a ver, que usted es licenciado en periodismo o ciencias de la información, no doctorado en futbología. Ciencia que, por cierto, es intangible, indeterminada y jamás se podrá baremar. Por tanto, no sea obtuso, corto de miras y abra la mente, que el título no es para aleccionar al oyente/lector/telespectador, praxis errónea donde las haya, sino para dignificar un oficio en evidente decadencia y laboralmente maltratado por esta galopante crisis. Igualmente me gustaría hacer mención a lo que denomino ‘infopinión’; acción llevada a cabo por periodistas y que consiste en emitir una opinión encubierta, camuflada o combinada de información, sirviéndose de dicho salvoconducto para colar unos inputs intoxicados, tergiversados a su antojo, labrándolos según sus intereses profesionales o personales. Untura, usura, atadura, las causantes.

Ahondando en términos futbolísticos, y sin querer apartarme de los conceptos más puristas del balompié, Albelda es un jugador cuyo depósito entra en reserva antes de llegar al destino, es una obviedad, si bien el acertado robo de balón en el minuto 93 del ya pasado enfrentamiento ante el Getafe, en un momento del partido completamente anárquico y roto, se esgrimió para maquillar ciertas carencias que venimos anunciando desde hace tiempo. El longevo futbolista valenciano aporta cosas positivas, claro que sí, como son picardía, estabilidad y seriedad táctica -aunque matizo este aspecto; se beneficia de su mega retrasada posición, incrustándose entre los centrales, rol que no he visto desempeñar a nadie más del actual plantel, lo que le permite acometer las coberturas de modo mucho más fácil-, ese punto leñero oportuno y capacidad de mando sobre el tapete. Hasta ahí, paren de contar, no continúen con más loas futboleras porque no hay más carrete del que tirar. Y como contrapartida, negativa, tenemos a un mediocentro cuyo déficit físico evidencia una merma en ocupación de parcela en zona ancha, obligando a retrasarlo unos metros para evitar recorrido de espaldas y resguardarlo con la pareja de zagueros, lo que muchas veces se interpreta apócrifamente como mejoría defensiva, cuando en realidad se está menoscabando el centro del campo, la verdadera asignatura pendiente. Es una pieza relativamente válida, y a pesar de sus últimas actuaciones correctas -no estratosféricas, imperiales ni memorables como se han publicado, se pide un poquito de seriedad y equidad-, habrá que evaluar su competitividad efectiva ante rivales de peso y/o en citas de nivel para ser muníficos con él. Y no al revés, como se actúa por inercia en Valencia, adulterando el producto aprovechando el estatus de su etiqueta, siendo arrastrados por el instigador rodillo tendencioso.

Referente a su supuesto fuero para inmiscuirse en la sección de otros que perciben un gran sueldo del club, lo catalogo de insensato e innatural, rompe la armonía grupal y forja divergencias. No suma, vaya. Una cosa es que las heridas de guerra defendiendo la casaca blanquinegra le hayan otorgado la capitanía y galones para tener potestad dentro de ese vestuario -y de paso tener reservado un privilegiado hueco en el Olimpo de la historia del club-, y otra bien distinta que, estando contratado como futbolista, tenga mayor poder de acción -subliminal, eso sí- que otros accesorios del consejo de administración u organigrama. Roza lo kafkiano. Todo esto cogido con pinzas, claro.

David, uno de los estandartes del Valencia durante la última década -no el único-, merece una despedida acorde a su buen rendimiento deportivo, a su demostrado compromiso y a sus años al servicio de este club, si bien una retirada a tiempo es un claro ejercicio de responsabilidad, no entorpecer más la entrada de savia que renueve una demarcación claramente mejorable, mal que pese a los ultrafans del poblatano. Homenaje que inexorablemente levantará ampollas, ya no solo por los anti, sino por las comparaciones con las salidas de otros grandes valencianistas a los que no se les brindó semejantes honras, sin haber acopiado deméritos que eluciden tal leonino proceder. Arbitrariedades varias…

Como es quimérico conseguir ensartar o sintonizar tan aferrados y distanciados pareceres -singular genoma de la indefectible idiosincrasia che-, allá cada cual con su libre albeldrío...


lunes, 3 de diciembre de 2012

El póker y el fútbol, aliados insospechados


Hasta hace poco nadie dudaba que el principal acto de amistad en grupo entre los hombres era quedar para ver un partido de fútbol durante el fin de semana, un sacrosanto encuentro en el que aunar la afición por unos colores y la buena compañía con algo que beber y picar. Sin embargo, recientemente el fútbol ha tenido que ver como aparecía un nuevo competidor, que aunque está lejos de la cifras que mueve el fútbol, si está consiguiendo paulatinamente una apreciable legión de seguidores. Evidentemente estamos hablando del fútbol, pues este juego de azar, al que algunos definen como deporte, ha abandonado las pantallas del cine y los casinos para entrar sigilosamente en nuestras vidas. De este modo, cada vez son más los grupos de hombres, especialmente los jóvenes, que designan un día de la semana para reunirse alrededor de una mesa y con una baraja de cartas y un montón de fichas de plástico juegan unas cuantas manos mientras comen, beben y se ponen al día. En ese sentido, el póker cumple la misma labor social que el fútbol, como afición común en un grupo de amigos.

Como es normal, el póker no se limita a mesas de juego particulares donde las pérdidas y las ganancias son mínimas, sino que ha encontrado una nueva edad dorada en las mesas de juego virtuales, convirtiendo el póker online en uno de los nuevos reyes de Internet, el cual debe compartir en cierta medida su título con las apuestas deportivas. Pues es innegable que la gente quiere probar fortuna en Internet e intentar ganar algo de dinero, ya sea mediante su habilidad con las cartas o sacando provecho a sus conocimientos e instintos deportivos. De esta forma aparecen páginas webs como Bwin o LBapuetas, que permiten tanto jugar al póker como realizar apuestas deportivas, entre otros servicios, como pueden ser el bingo o los juegos de casino.

Pero claro, para estas páginas, el póker y el fútbol no son segmentos aislados dentro de las mismas, ya que las empresas que las controlan saben que ambos conceptos se pueden retroalimentar, pues muchos futboleros juegan alguna partida de póker de vez en cuando y puede que muchos jugadores de cartas quieran probar suerte apostando en algún partido. De este modo, muchas empresas de juego online han optado por convertirse en patrocinadores de equipos de fútbol. Por señalar sólo dos ejemplos, podemos fijarnos en la relación entre la empresa Bwin y el Real Madrid, o en la que une al Valencia con la empresa LBapuestas. Por su parte, el club madridista lleva el logo de Bwin en la camiseta, además de participar como imagen de la empresa tanto en su página web como en su publicidad. Por su parte, la relación entre el Valencia y LBapuestas no es tan evidente, pero es un hecho público que el equipo y la casa de juego online han llegado a un acuerdo mediante el cual la empresa se anuncia en las vallas del campo y se colocan stands de LBapuestas durante los días de partido, para promocionarse entre los aficionados.

Como se puede ver, el póker online se ha valido del fútbol para promocionarse y publicitarse, algo que los equipos han aceptado de buen grado, pues asistimos a una época de crisis en la que encontrar un buen patrocinador se está convirtiendo en algo más peliagudo de lo que puede parecer a simple vista.

sábado, 10 de noviembre de 2012

'Lo imposible', en clave valencianí


(Foto: http://noticiesdeturis.blogspot.com.es/)


Mejor filme nacional del año 2012, según las aplastantes cifras.

Dicen aquellos que entienden, de lo poco fiable en este intrincado entorno, que haber hay fieles y reconocidos valencianistas -no impostores- con capacidad y liderazgo suficiente para tomar las riendas de este Valencia y gobernarlo de otra manera, con otras intenciones y bajo otra “democracia”, quizá sesgando una cuota de los asépticos tecnócratas que están dirimiendo el sentimiento del valencianismo más purista.

El término acuñado como “Llorenticracia”, esa apisonadora que inexorablemente destruye cada porción de sueños y perpetra un desfalco a la ilusión del aficionado de a pie, y camuflada por el manto de los guarismos económicos, actúa sobre la peana de un plan de viabilidad insostenible, cuyos recursos -venta de los mejores jugadores, etiquetados como activos y usados como mercancía- son una fuente agotable, veleidosa y al amparo de una irresponsable contingencia, lo que podemos denominar una estrategia etérea y con fecha de caducidad.

El desconcertante panorama actual, manipulado como salvoconducto para justificar todos y cada uno de los movimientos dados por el mandamás del Valencia CF -el esbirro testaferro del innombrable banco-, fue el caldo de cultivo idóneo para poner en marcha la maquinaria y poder llevar a cabo la estratagema de la cúpula valencianista, en connivencia con la plana mayor de la Comunitat y coadyuvados por distintos organismos y entes, diseñando y cristalizando una verdadera obra de ingeniería hasta engendrar este monstruo con tinte tiránico, la patente de corso “llorentinista”, lo imposible.

La ‘Fundación VCF’, ese aparato aparatoso bautizado como entidad independiente con fines socio-culturales -demostrado sofisma-, es la herramienta sacada de un sombrero para esgrimir un totalitarismo absolutista, la llave maestra que permite y habilita la autodeterminación más recalcitrante de un colectivo dirigente hermético y de espaldas a una gran parte del valencianismo, que continuará impenitentemente al frente del club del Turia, porque ha patentado la fórmula alegal de subsistencia perpetua. Unos gurús.

La Junta General de Accionistas de ayer -que tildé de Tunda General de Ilusionistas-, ya resuelta el pasado martes, fue una pantomima de infame prestigio, cuyo leitmotiv estuvo protagonizado por un cruce de rencillas, ajustes de cuentas y piques personales bajo un clima soez y bochornoso, descolló la desfachatez en la platea de La Pechina. Espectáculo dantesco, grotesco, kafkiano. No merece mayor escaparate.

Lo triste de este desaguisado es que, como sucede con la célebre película de J. A. Bayonas, te provoca una honda aflicción, pero el final, infaustamente, lo conocemos todos de antemano. Lo que se traduce en un desencanto instaurado en la parroquia che.

Lo imposible de conseguir, lo imposible de evitar, lo imposible de soñar.

viernes, 19 de octubre de 2012

Desambiguación imperiosa




Resultado; materia sustancial y objetiva que absorbe, acapara y determina de modo inexorable el grueso de nuestro juicio final.
Sensación; materia abstracta y subjetiva que hace confluir sentimiento y satisfacción en la misma arista.
Ambas, materias suplementarias para lograr atestar el fin cardinal de toda disciplina deportiva de élite, deben cohabitar en el mismo círculo para elaborar el cordón sanitario necesario en todo proyecto nuevo, que merme la hostilidad proveniente del desencanto y desasosiego que desprende un equipo todavía sin acuñar, por encontrarse.

El Valencia pellegrinista, el que Mauricio nos transmite a través de su elocuente oratoria, cuyo sello pretende materializar, apenas se ha manifestado en estos primeros compases de una temporada que se antoja complicada. Conforme avanzan los partidos se difumina ese halo de esperanza argentina, los negativos guarismos cosechados pesan como una gravosa losa y engullen poco a poco la porción de entusiasmo generada a raíz del cambio, del solicitado punto y final a la era emérica. La cual, inexactamente a mi humilde modo de ver, están sacando a flote con el palmarés resultadista del míster vasco.

Ante la incierta y precaria situación que atraviesa la entidad valencianista y el panorama deportivo del equipo, únicamente las victorias -sin concesión alguna- serán el antibiótico para aplacar el incipiente clima pesimista que irriga a una ya de por sí exigente, irritable e inconformista parroquia che. Se ha adelantado de manera excesivamente comprometida la valoración del espigado técnico de Leones, puesto que cada jornada, cada jugada y cada minuto es escudriñado al milímetro, al mínimo detalle, dejando sin escapatoria y sin apenas margen a la obligada fase de aclimatación, rodaje y encaje de las piezas de un motor con exiguo kilometraje. Pero, como es sabido por todos, en la plaza de la Avenida de Suecia no hay tiempos muertos, se abolió la indulgencia por faltas de actitud, derroche y amor propio por el escudo que portan en sus zamarras blanquinegras.

Por todo ello, y por la brecha que se ha abierto respecto a la zona noble de la tabla, el ‘Flaco’ y sus soldados están en la suma obligación de revertir inmediatamente esta decadente trayectoria, un torniquete a la usanza, interpretar la trabajada pizarra y transcribirla sobre el césped bajo el marco de un sistema con alma, con cuerpo, con personalidad, asignatura colgante desde la época dorada, ese grandioso y a la vez dañino -no malinterpretar- periodo que mantiene encallado al valencianismo más purista.

Desambiguar el indefinido trance, próxima parada del Valencia de Pellegrino. Que nadie se baje aún.


miércoles, 22 de agosto de 2012

El fútbol y las casas de apuestas


Acaba de empezar la liga y el Valencia ha arrancado un punto en uno de los estadios más complicados, el Santiago Bernabéu. Parece que la pretemporada ha dado sus frutos y no solamente en el terreno deportivo, ya que a día de hoy, de lo que pasa en los despachos depende mucho de lo que se consigue en el terreno de juego. Una parte importante del fútbol profesional son los patrocinadores, empresas privadas que deciden ligar su marca a la imagen de los clubes y que pagan por ello.

Vivimos una época convulsa donde la crisis financiera y el mal reparto de los derechos televisivos en nuestra liga ponen cada vez más complicada la posibilidad de competir con los grandes equipos de Europa. Mientras tanto, los responsables de marketing buscan nuevas alternativas en mercados emergentes que permitan conseguir ingresos a sus clubes.

Una de las industrias que ha puesto el ojo en el fútbol para publicitarse es la de las apuestas. Estas compañías ven en los equipos de fútbol un gran escaparate para darse a conocer y si se echa un vistazo a la lista de los principales patrocinadores de nuestra liga, seremos capaces de apreciar una gran cantidad de sponsors dedicados a apuestas y casinos.

No solo en España se está siguiendo esta corriente, ya que importantes clubes como el AC Milan o el Manchester United, patrocinados como el Real Madrid por Bwin, han firmado sendos acuerdos con este tipo de patrocinador.

Otro ejemplo es el Sevilla, cuyo principal sponsor desde hace años es una compañía de apuestas o el Atlético de Madrid, que ha creado su propia página donde los usuarios pueden apostar.
Uno de los últimos clubes en aceptar una oferta de patrocinio desde este sector ha sido el Valencia CF, que ha anunciado hace unas semanas un acuerdo con LBApuestas a partir de esta temporada.

Ninguna de las dos partes ha informado de las cantidades económicas y los detalles de dicho contrato, pero se ha sabido que las vallas del estadio valencianista serán usadas para anunciar dicha casa de apuestas y que también colocarán stands en los días de partido, desde donde informarán a los aficionados de todos sus servicios y productos. Una gran diferencia respecto a los acuerdos de otros clubes es que el conjunto che no pondrá el logotipo de esta marca en su camiseta, ya que todavía tiene un contrato en vigor con otra empresa.