Y tras la bomba Negredo, la bomba de la venta. Again. El pasado 14 de agosto pasamos página del tortuoso proceso, ya era ese libro leído y releído que calzaba la mesa imperfecta. Pero cuando más felices nos las prometíamos, nuevo zarpazo que interrumpe el leitmotiv futbolero del sufrido valencianista, poniendo
La entidad bancaria ha encomendado vestir y vender unas exigencias
-no sé si existentes o sacadas de la chistera- de apócrifa defensa del club.
Cierto es que ojeando los manidos criterios de valoración de Fundación y
Valencia CF, casan con los hitos de algunos de los puntos en discordia, que a
la postre van en beneficio de la sostenibilidad de la entidad. Irrefutable. Pero
recordemos que el 6 de junio, comunicado oficial mediante, Bankia dio luz verde
al plan de reestructuración de la deuda, así como al plan de negocio “consistente y creíble“ por parte de Meriton Holdings. Ahora, al parecer,
no se lo cree y pretende entreverar en dicho plan aprobado una serie de férreos
requerimientos -unos lógicos desde la barrera no contaminada y otros de acción
interventora desmedida- para
amarrar más aún si cabe sus intereses, legítimos, que no son otros que cobrar
lo debido.
Y enfrente, en una atmósfera adusta, un tiburón de los negocios y operaciones internacionales, que no se arruga un
milímetro y seguirá apretando lo máximo posible para estrangular las
condiciones que desde su prisma entiende que son impositivas y no favorecen el quehacer de su empresa. Y así
andan, de intercambio de golpes financieros hasta el final round. No creo que peligre, a estas alturas de la película,
lo que está destinado a una transacción entre simbiontes. Bankia quiere -y necesita- vender, y Meriton
comprar. Solo es otro capítulo más del terrorífico serial. Y la casa sin barrer.
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